poema: Una Cosa con Alas

Esta tierra no es un lugar para corazones suaves y cosas

lindas. Pero todavía, allá estas, y aquí estoy; cual es cual, quien

es quien, Waters y Gilmour preguntaron, quien aún se puede

saber? Me olvide algo que aprendí hace muchos años, lo suene

importante ahora pero me elude. Así yo escrudiño el cielo, y

Empezó corriendo- tan lejos y rápido que conozco hacer, y con

gracia tú cerraste esta distancia, la sellaste con tu mano paciente

y en la pasión que me escribiste para llamarme a mi regreso, a tu

trabajo, país, causa. Encendiendo corazones suaves como lo tuyo,

para manifestar protección de la más bella, haciendo espacios de

respiración donde sentimos seguros en persona y llamados a acción

en alma. Una cosa con alas, y tú, su curador, protector. Un caballero

de ordenación antiguo, llamada para servicio contemporáneo. Ay, y

yo- que conozco yo de amor? Corro para escapar o encontrar, a quien

sabe? Para analizar, para preguntar de cada cosa, que es?- contigo.

Y el cielo guarda siempre sus secretos en bronce y azul, y ahora veo,

soy tu acolita. Tal vez mi lugar acá nunca era para discernir quien

eres a mí. Quizás mi trabajo es solo para abrazarte, cómodo en el

espacio desconocido, justo para tiempo suficiente que el caballero

recuerde como es también, un príncipe.