La Supernova

No te ofrecí las estrellas del cielo

porque ellas no pertenecen a ningún hombre

y ninguna mujer, para ser regaladas, así.

Si te pienso cuando miro con anhelo

a las estrellas, es porque ellas siempre

han evocado este mismo sentido de la maravilla

por todo el cuento humano, que yo me siento

cuando tú me sonrias, y usas tus ojos para hacerlo.

 

Lo que sí te dije es que nuestros cuerpos son

hechos de la misma cosa que las cometas,

y que yo podría darte esa pequeña historia del cielo;

me abrazas en la manera justamente indicada y

te haré recordar porque los poetas dicen que

somos tan inmortales que Arcturus. Yo sé llamarlo

amor porque siempre has sentido a mí, como

encontrar mis limitaciones donde la mañana nos

despierta del paseo de Venus y Martes.

 

Nuestros amigos veneran las estrellas de las

pantallas cinematográficas. Otra busca actores

y actrices para su obra de teatro. A menudo,

pienso, si ellos pueden ver dos de los actores

mayores de la ciudad, enfrente de ellos? Que

tu puedes actuar como soy invisible, y yo puedo

fingir que nunca quiebra mi corazón, no ser

vista, por ti. Si piensas que no te amo, es porque

tengo habilidad de esconder universos enteros

en el cabello que solo dejo caer, en la noche.

 

Si necesitas de verdad salir, favor permitas que tu salida

sea como una supernova. Me invitas para un

chocolate, y me alimentas un helado con tu mano;

me asegures que, en otra vida, me habías podido amar.

Me hagas el amor otra vez, para despedirme- y esta vez,

cuando me abrazas, lo llame, amor. Aun si mientas.

Hazme creer que tu desees que podrías haberte

quedado. Dime como un meteorito brilló por tu

vida, y tu captaste una pieza de ello con tu corazón.

 

O dime, no puedes aguantar vivir sin mí. Lo creeré,

también. Podemos seguir siendo actores no reconocidos

en obras de teatro sin letras. Aun Elizabeth Taylor

guardó secretos cuando ella retrató a Cleopatra.

Cuando despiertes mañana por la noche, y piensas

de mí, la Cruz del Sur estará esperándote en el

horizonte, para saludarte cómo el amigo viejo

que eres. Y yo seguiré siendo su extranjera de

las tierras del norte.